Aplicación de los prejuicios: las falacias lógicas
Caballo
de Troya utilizado en la película Troya (2004). Si se niega el
antecedente, entonces se negará también la consecuencia.
Una falacia lógica es un modo o patrón de
razonamiento que siempre o casi siempre conduce a un argumento incorrecto. Esto
es debido a un defecto en la estructura del argumento que lo conduce a que este
sea inválido. Las falacias lógicas suelen aprovecharse de los prejuicios o
sesgos cognitivos para parecer lógicas. Cambiándose a veces, el error
inconsciente o involuntario por una manipulación deliberada. Por eso, las
falacias lógicas son los mecanismos automáticos más comunes para poner en
práctica los sesgos cognitivos. Algunas importantes falacias lógicas que
emplean los sesgos cognitivos se muestran a continuación. Véase también control
social, control mental, propaganda,
lavado de cerebro.
Falacias formales
Argumento desde la falacia
Artículo principal: Argumento desde la falacia.
Un argumento desde la falacia. o ad
lógicam, asume que si un argumento es una falacia entonces su conclusión
debe ser forzosamente falsa. Una falacia lógica no es necesariamente errónea en
su conclusión, aunque sí lo es en el razonamiento que le ha llevado a esta
conclusión. Es decir, aunque la estructura de razonamiento pueda ser falaz por
su construcción o por sus premisas, la conclusión puede llegar a ser
fortuitamente correcta.
Ejemplo: «Los objetos caen porque hay ángeles que
los empujan hacia abajo». La conclusión «los objetos caen», es cierta, aunque,
no existe un argumento válido para aceptar la premisa de la existencia de los
ángeles y tampoco de que éstos empujen los objetos.
Afirmación del consecuente
Artículo principal: Afirmación del consecuente.
Una afirmación del consecuente es llamada
así porque erróneamente se concluye que el segundo término de una premisa
consecuente establece también la verdad de su antecesora. Si se demuestra que P
entonces Q, entonces erróneamente se puede deducir que si Q entonces P
llevándonos a esta falacia, que se apoya en el sesgo de simetría.
Ejemplo: "Si estoy dormido, tengo los ojos
cerrados; entonces si tengo los ojos cerrados, debo estar dormido". En
efecto, una persona dormida tendrá sus ojos cerrados, pero no necesariamente
una persona tiene los ojos cerrados por estar dormida (puede estar deslumbrada,
por ejemplo).
Negación del antecedente
Artículo principal: Negación del antecedente.
La negación del antecedente o implicación vacua es una
falacia lógica con semejanzas con el argumento de la falacia. En este caso si P
entonces Q si niego P entonces tampoco Q (se niega Q). Esta falacia dice que si
se niegan los antecedentes entonces se negará también la consecuencia.
Ejemplo: «Si estoy dormido tengo los ojos
cerrados, pero si estoy despierto tengo que estar con los ojos abiertos» «Si no
lo digo no me critican, por lo que si lo digo me criticarán». Algo que no tiene
que ser necesariamente cierto. Otra vez se aplica el sesgo de simetría o ilusión de serie.
Ejemplo: «Si llueve afuera, entonces debe haber
nubes. Como no esta lloviendo afuera, entonces no debe haber nubes.>>
Esto no es necesariamente cierto, puede haber nubes sin estar lloviendo pero se
ha negado la premisa/antecedente y se ha supuesto que se debe negar también la
consecuencia.
Falacias por generalización de inducción errónea
Artículo principal: Falacia
por generalización de inducción errónea.
En lógica, se designa como inducción a un tipo de razonamiento que va
de lo particular a lo general (concepción clásica) o bien a un tipo de
razonamiento en donde se obtienen conclusiones tan solo probables (concepción
más moderna). La inducción matemática es un caso especial,
donde se va de lo particular a lo general y, no obstante, se obtiene una
conclusión necesaria. Típicamente, el razonamiento inductivo se contrapone al razonamiento deductivo, que va de lo general
a lo particular y sus conclusiones son necesarias.
Generalización apresurada
Artículo principal: Generalización apresurada.
Una generalización apresurada o falacia de
estadística insuficiente o falacia de muestras insuficientes, ley de los
pequeños números, inducción apresurada, falacia del hecho aislado, o secundum
quid es una falacia lógica en la que se llega a una generalización inducida
basada en muy pocas evidencias.
Ejemplo: «Me encanta esta canción, por lo tanto
me gustará también todo el álbum en el que está». Es una falacia porque el
álbum puede no ser tan bueno como la canción escuchada.
Muestra sesgada
Artículo principal: Muestra
sesgada.
Una muestra
sesgada es una muestra que ha sido falsamente considerada como la típica de
una población de la cual ha sido tomada.
Ejemplo: Alguien puede decir «A todo el mundo le
gustó la película» sin mencionar que «todo el mundo» fue él y tres de sus
compañeros, o un grupo que son fans del artista. Los sondeos online y las
muestras por llamadas voluntarias son un tipo particular de este error, porque
las muestras están implícitamente preseleccionadas o autoseleccionadas. En el
mejor de los casos, esto significa que las personas que se preocupan más sobre
el asunto responderán o opinarán y en el peor de los casos, solo aquellas que
sintonicen una radio particular, un periódico particular o una lista política.
Falacia del centro de atención
Artículo principal: Falacia del centro de
atención.
Una falacia del centro de
atención se produce cuando una persona sin criterio asume que todos los
miembros o casos de un cierto grupo, clase o tipo son como esos pocos en el
punto de mira, que reciben la mayor atención o cupo de atención de los medios.
Esta línea de razonamiento es falaz y conduce a los tópicos. Si los medios
publicitan a un asesino en serie de una población no quiere decir que todos los
miembros de la población sean asesinos.
Falacia de la verdad a medias
Artículo principal: Falacia de la verdad a
medias.
Las verdades a medias son frases engañosas y
falsas, que incluyen algún elemento de verdad. Las frases pueden ser
parcialmente verdad, la frase pueden ser incluso verdad pero no toda la verdad
del conjunto lo que produce un engaño provocado por omisión. Pueden incluir
algunos elementos engañosos como signos de puntuación, especialmente si se
intenta engañar, evadir la culpa o malinterpretar la verdad. El propósito de
las medias verdades o verdades a medias es hacer parecer algo que solo es una
creencia como un conocimiento o verdad absoluta. De acuerdo con la teoría de
conocimiento de creencia de verdad
justificada o problema de la
justificación, para saber si una determinada proposición es verdadera, uno
debe no solo creer en la verdadera e importante proposición sino también debe
tener una buena razón o argumentos para hacerlo. Una verdad a medias embauca al
receptor presentando algo que es creíble y usando esos aspectos de la idea que
pueden ser demostrados verdaderos como buena razón para creer que la idea o
declaración entera es verdadera. Una persona engañada por una verdad a medias
podrá considerar la proposición o declaración como una verdad absoluta y actuar
en consecuencia. En política, las verdades a medias son una parte integral de
las democracias representativas o parlamentarias. La reputación de un candidato
político podrá ser irremediablemente dañada si él o ella es expuesto como
mentiroso, así un complejo estilo de lenguaje ha evolucionado para minimizar
las probabilidades de que ocurra esto. Si alguien no ha dicho algo, entonces
ellos no podrán acusarlo de mentir. En consecuencia los políticos se han
convertido en un conjunto en el que las medias verdades abundan y son
esperadas, dañando la credibilidad del conjunto.
Ejemplo: «El sol se pone por el oeste». Esta es
una verdad a medias porque aunque en la mayor parte del mundo esto es así no
ocurre en los polos en los que durante unos meses el sol ni siquiera llega a
ponerse. De hecho, el Sol ni siquiera se pone, porque no es el que se mueve
sino que es el movimiento rotatorio de la Tierra el que produce este efecto. Por eso, si se
tratara como una verdad absoluta digamos para navegación podría ocurrir un
desastre.
Falsa vivencia
Artículo principal: Falsa vivencia.
Una falsa vivencia o vivencia
desorientadora es una falacia lógica que usa la descripción de un
acontecimiento en extremo detalle —incluso si este es un suceso excepcional y
muy poco probable— para convencer a alguien de que hay un problema. Aunque la
vivencia sea falsa o verdadera y no tenga ningún fundamento lógico (es decir,
aunque sea un disparate) puede tener un gran poder y efecto psicológico debido
al sesgo cognitivo llamado disponibilidad heurística.
La falacia no reside en la historia misma, la cual, podría llegar a ser cierta,
sino en el efecto de gran distorsión probabilística o sesgo que se produce en
el receptor en relación al alcance, importancia y relevancia con la decisión a
tomar. Esta distorsión o sesgo que se desencadena en el cerebro es un mecanismo
poderoso producido por los sesgos cognitivos tendencia de riesgo cero,
aversión de pérdida y efecto el último evento
cuando se apela al miedo. En entornos
comerciales y de márketing se usa con frecuencia esta falacia generando lo
que se denomina FUD, Fear, uncertainty and doubt
que es el acrónimo en inglés de miedo, incertidumbre y duda. La Falsa vivencia es denominada
también crítica destructiva. La
mejor forma de hacerle frente es ignorando este tipo de críticas que son
falsas, exageradas y estériles en cuanto que no ayudan a mejorar y solo tratan
de socavar el brillo o cualidades de un tema en concreto. Si es posible se debe
aportar razones para aclarar la verdadera probabilidad de la falsa vivencia.
Muchas empresas recurren a la falacia del ojo por ojo y hacen también FUD. Pero
esto produce errores en incremento que al final perjudican el crecimiento. En
estos casos lo mejor es hacer simplemente lo correcto en función de las
críticas constructivas basadas en argumentos sólidos e ignorar las basadas en
anécdotas y sin argumentos.
Ejemplo: Pedro dice «Creo que dejaré los deportes
de riesgo ahora que tengo niños. Creo que me pasaré al golf». Juan responde:
«Yo no haría eso. ¿Recuerdas a Javi? Él estaba jugando al golf cuando le
atropellaron con el coche que transporta los palos. Se rompió una pierna y rodó
hasta golpearse la cabeza. Estuvo en el hospital durante una semana y todavía
cojea. Yo seguiría haciendo parapente».
Segundo ejemplo: El partido X pretende aprobar la
ley Y acerca de lo peligroso que es subirse a los puentes. Entonces, el
periódico o medio M presenta antes de la votación una serie de noticias
extremas, sobre niños que se han caído de los puentes. La población asustada
por la posibilidad de que los niños se caigan de los puentes aprueba moralmente
la decisión del partido de prohibir subirse a los puentes.
Falacia arreglo de bulto
Artículo principal: Falacia arreglo de bulto.
La falacia arreglo de bulto
consiste en asumir que las cosas que con frecuencia han sido agrupadas por
tradición o cultura en un conjunto deberían estar siempre agrupadas de ese
modo. Esta falacia es muy usual en los argumentos políticos: «Mi oponente es un
conservador que votó en contra de los altos impuestos y la asistencia pública,
por tanto él también se opondrá al control de armas y al aborto». Mientras
estas cuatro posiciones están normalmente agrupadas en la palabra «conservador»
en la política americana, no hay realmente ninguna razón para pensar que
alguien que sigue una idea agrupada en ese grupo deba seguir las demás.
Falso dilema
Artículo principal: Falso
dilema.
Un falso
dilema, o falsa dicotomía o falsa bifurcación, implica una situación en la
cual solo dos puntos de vista son sopesados como las únicas opciones, cuando,
en realidad, existen una o más opciones que no han sido consideradas. Las dos
alternativas presentadas suelen ser, aunque no siempre, los puntos extremos del
espectro de ideas, uno de los ejemplos más comunes de falso dilema es la
conocida frase "estás conmigo o estás contra mí".
En lugar de esta extrema simplificación y pensamiento deseado, sería más apropiado
considerar todo el espectro de opciones como en la lógica
difusa. Véase sesgo de simetría para
entender sus causas.
Probar con ejemplo
Artículo principal: Probar con ejemplo.
Probar con ejemplo o generalización inapropiada,
es una falacia lógica donde uno o más ejemplos se dice «prueban» un caso más
general. Esta falacia tiene la estructura siguiente: Sé que el caso x de todos
los X hace o tiene la propiedad P, entonces todo X tiene la propiedad P.
Ejemplo: «He visto a hombres (Pedro y Juan) jugar
bien al fútbol, por consiguiente todos los hombres juegan bien al fútbol». Véase
el artículo «falacia arreglo de bulto»
o generalización apresurada. Todas las
citadas son falacias de generalización las cuales se pueden agrupar dentro de
una de las trece falacias identificadas por Aristóteles;
la falacia de destrucción de la excepción o accidente (falacia) a dicto simpliciter ad
dictum secundum quid.
Segundo ejemplo: 1) Cortar a personas con
cuchillos es un crimen; 2) los cirujanos cortan a las personas con cuchillos;
3) los cirujanos son criminales.
Ningún escocés verdadero
Artículo principal: Ningún escocés verdadero.
La falacia de ningún escocés verdadero o del verdadero escocés ocurre cuando
se separa de un grupo algún elemento porque resulta distinto de lo que se
intenta demostrar.
B: "Pero a mi tío Angus, que
es escocés, le gusta echar azúcar en su avena."
A: "Ah,
sí, pero ningún escocés verdadero echa azúcar en su avena."
Falacias de causa informal o causa cuestionable
Artículo principal: Falacias de causa
informal.
Las falacias de causa
informal, causa cuestionable o falacia causal o non causa pro causa
(‘sin motivo para la causa’) o causa falsa, son falacias informales donde una
causa es identificada de manera incorrecta.
Cum hoc, ergo propter hoc
Artículo principal: Cum hoc, ergo propter hoc.
Cum hoc, ergo propter hoc (o correlación
o relación entre dos) implica que uno es causa y otro efecto; afirma que dos
eventos que ocurren a la vez tienen necesariamente una relación causa-efecto.
Se expresa de la siguiente manera: si ocurre A y correlacionadamente después
ocurre B, entonces A ha causado B. Esta falacia hace una conclusión prematura
de la causalidad incluso sin evidencias que la soporten. Esto es una falacia
lógica porque, aunque probable, existen al menos otras cuatro posibilidades:
- que B sea la causa de A;
- que haya un tercer factor desconocido que sea realmente la causa de la relación entre A y B;
- que la relación sea tan compleja y numerosa que los hechos sean simples coincidencias y
- que B sea la causa de A y, al mismo tiempo, A sea la de B, es decir, que estén de acuerdo, que sea una relación sinérgica o simbiótica donde la unión cataliza los efectos que se observan.
Ejemplo: Investigaciones científicas afirman que
las personas que usan marihuana (A), tienen una mayor ascendencia en desórdenes
psiquiátricos (B), comparados con los que no la toman. Solo con esta relación
no se puede afirmar que A causa B, ya que también puede ser que B cause A,
debido al efecto relajante o también puede ser que se den las dos a la vez o
haya un tercer factor desconocido. Existen métodos para determinar causas. El
filósofo David
Hume argumentaba que la causalidad no puede ser percibida y por
consiguiente no se puede conocer o probar, y en su lugar tan solo se puede
percibir la correlación. Sin embargo, argumentó que se puede seguir el método científico para, al menos, desechar las
causas erróneas. Esto es, probar experimentalmente la veracidad de un hecho de
manera rigurosa hasta encontrar un contra ejemplo o excepción.
Falacia de la causa simple
Artículo principal: Falacia de la causa
simple.
La falacia de la causa
simple o efecto conjuntivo o relación espuria, ocurre cuando se asume que
existe solo una simple causa para un resultado cuando en realidad puede haber
un conjunto específico o suficiente de causas que lo hayan provocado. En esta
falacia lógica dos sucesos sin conexión lógica, se relacionan causal e
incorrectamente debido a un tercer suceso o factor desconocido denominado factor desorientador o
variable escondida que los provoca. La relación espuria da impresión de
fortaleza y ligazón fuerte entre dos sucesos que es inválida cuando es
examinada objetivamente. Véase la navaja
de Occam que en su aplicación puede crear una relación espuria debido al desconocimiento de un
factor más sencillo. Esta sobresimplificación es un caso específico de falso
dilema donde otras posibilidades son ignoradas.
Ejemplo: Supongamos que cuando hay mayor índice
de desmayos por calor suben las ventas de refrescos, muchos señalarían que los
sofocos son la única causa; pero la subida de ventas pudo haber sido debida a
otros factores como un mejor márketing, un mayor tiempo libre, una determinada
ola de calor, una bajada de precios o la llegada del verano que sería una
posible causa de las dos. En definitiva un factor o un conjunto ignorado o
desconocido de factores son los que en realidad hacen que se produzca.
Circularidad entre causa y consecuencia
Artículo principal: Circularidad
entre causa y consecuencia.
La circularidad
entre causa y consecuencia es una falacia lógica donde la consecuencia de
un determinado fenómeno es llamada a ser también la causa principal. Esto es
conocido como la falacia del huevo o la gallina que hace referencia al
dilema de causalidad que surge de la expresión «¿qué fue primero, la gallina o
el huevo?». Puesto que el huevo y la gallina se crean recíprocamente en ciertas
circunstancias la respuesta es ambigua. Véase también Trampa-22 (libro). Una encerrona que pueda
resumirse de esta forma: "si sale cara gano yo, si sale cruz pierdes
tú". Viéndose que perder tú y ganar yo es lo mismo, se observa que ganar
yo producirá ambas caras y ambas caras producen a su vez que yo gane y por
tanto no hay libertad de movimiento y circularidad.
Ejemplo: Una circularidad en causa consecuencia
muy conocida se encuentra en que uno no puede obtener un trabajo sin
experiencia pero no puede adquirir experiencia sin un trabajo. Es decir, la
experiencia causa el trabajo pero el trabajo también causa la experiencia. La
única manera de acceder a estos círculos es la transición progresiva o
evolutiva definiendo de manera más amplia alguno de los factores o aceptando
excepciones (o mutaciones). Si se amplía el concepto del trabajo de manera que
la experiencia se pueda ganar de algo que no tenga que ser estrictamente
trabajo o si se amplía el concepto de la experiencia en el que aunque se tengan
conocimientos éstos no tienen nada que ver con el trabajo en cuestión o con la
estricta definición de experiencia que se exige para él.
Un caso parecido se ha dado alguna vez con los
inmigrantes, a los que se solicita un permiso de trabajo para trabajar y un
trabajo para obtener el permiso de trabajo.
Petición de principio
Artículo principal: Petición de principio.
La petición de principio, petitio principii
o fe de origen, es una falacia que ocurre cuando la proposición a ser probada
se incluye implícita o explícitamente entre las premisas
originales. Véase también falacia de las muchas preguntas.
Ejemplo: Para probar falazmente que Pablo dice la
verdad argumentaríamos del siguiente modo diciendo que: Cuando Pablo habla no
miente y que por tanto, cuando está hablando Pablo, está diciendo la verdad. En
una lógica bivalente, con tertium exclusum, premisa y
conclusión están afirmando la misma verdad, que no miente o, lo que es lo
mismo, que en ambos casos dice la verdad. La falacia es más útil cuando tiene
una longitud adecuada como para hacer olvidar al receptor que la conclusión ya
fue admitida como premisa.
Segundo ejemplo: En un debate sobre el
aborto, para calificarlo legalmente se usa la siguiente construcción. «El
aborto es un acto injustificado de dar muerte a una persona» (Notar que esta
premisa ya es de por sí la calificación del aborto y que una vez aceptada ésta
no habría otra conclusión posible porque la conclusión y esta premisa es la
misma). Luego viene el razonamiento lógico «matar a una persona es un
asesinato» y «un asesinato es ilegal». «Por tanto, el aborto debería ser
ilegal». La falacia reside en que no se ha argumentado absolutamente nada
aunque aparentemente se haya seguido un orden lógico. Tan solo se ha mostrado el
desarrollo lógico en el caso de considerar la primera premisa como verdad. Pero
no se ha justificado, con argumentos, la razón por la que se debe considerar
ésta como verdad. Lo único que se ha demostrado de manera lógica es que en el
caso hipotético de que el aborto fuera considerado la muerte de un ser humano
entonces sería ilegal. Esta falacia se trata del caso general de la falacia de las muchas preguntas
donde se presuponen ciertas cosas que se desean probar o comunicar como ciertas
por el mero hecho de decirlas. Para que la gente no caiga en dicha falacia lo
idóneo sería no contestar así no se da información extra sobre tu postura o la
respuesta debe tener una negación activa. Esta falacia es muy útil en debates cuando se
usa en un público voluble y no atento. La falacia es más útil cuando tiene una
longitud adecuada como para hacer olvidar al receptor que se partía de una
premisa de fe, supuesta o sobreentendida sin ningún tipo de argumento que la
soporte.
Tercer ejemplo: 1) Pedro, has sido infiel a
María; 2) la religión dice que la infidelidad es un pecado carnal; 3) el pecado
carnal se comete cuando cometes un acto impuro con otra mujer; 4) cometer un
acto impuro con otra mujer significa que fuiste infiel a tu pareja; 5) Por lo
tanto, Pedro, no niegues que has sido infiel a María.
Post hoc, ergo propter hoc
Post hoc, ergo propter hoc el hecho de
que haya una correlación entre que el mago cierre la caja y luego se vean dos
partes separadas de un cuerpo no quiere decir que la causa de percibir las dos
partes separadas sea por un corte del mago. Existen variables escondidas que el
espectador no ve.
Post hoc, ergo propter hoc, correlación
coincidente o causa falsa, es una expresión latina que significa «después de
esto, luego a consecuencia de esto» es un tipo de falacia que asume que si un
acontecimiento sucede después de otro, el segundo es consecuencia del primero.
Es verdad que una causa se produce antes de un efecto pero la falacia viene de
sacar una conclusión basándose solo en el orden de los acontecimientos. Es
decir, no siempre es verdad que el primer acontecimiento produjo el segundo
acontecimiento. Esta línea de razonamiento es la base para muchas creencias supersticiosas
y de pensamiento mágico. Véase teoría del dominó o también cum hoc, ergo propter hoc que no hace
hincapié en el orden aunque sí en la correlación de dos sucesos.
Ejemplo: «He rezado para que te curaras. Te has
curado. Para que luego digan que rezar no funciona». Se comete la falacia al
deducir causa efecto de dos hechos tan solo considerando la sucesión de
acontecimientos. Sin embargo, la causalidad no puede ser simplificada pues
existen muchos otros factores, variables desconocidas y explicaciones que
pudieron generar el efecto. David Hume incluso argumentaba que la causalidad es
imposible de discernir pero que es posible usar el método científico para poder
desechar las falsas hipótesis.
Non sequitur
Artículo principal: Non
sequitur.
Non
sequitur es la falacia en donde las razones dadas para sostener una
afirmación son irrelevantes o no relacionadas.
Ejemplo: «Tengo miedo al agua, así que mi deporte
será el puenting» o «me gusta conducir por eso me compro un Toyota». En
cualquiera de los casos hacer puenting o comprarse un Toyota no depende
directamente de la razón dada ya que hay muchos más coches o deportes que se
han descartado sin que la razón dada sea relevante, puede producir auto-engaño
por no aclarar los verdaderos motivos por los que se toma una decisión. Una
manera de clarificar esta falacia es reorganizando el argumento para colocar la
razón y la conclusión de manera que la incongruencia se haga evidente.
Ejemplo: «Me gusta conducir y por eso me compro
un Toyota»; reordenando: «Me compro un Toyota porque me gusta conducir», algo
que podría ser cierto o no pero que seguramente no era lo que se pretendía
decir cuando se especificaba un Toyota.
Ejemplo: «Estamos en España así que pasaremos
calor». Reordenando: «Pasaremos calor porque estamos en España».
Ejemplo: «Me gustan los aviones por eso hago
paracaidismo». Reordenando: «Hago paracaidismo porque me gustan los aviones».
Ejemplo: «Ella no tiene hijos por eso no estoy de
acuerdo con las prácticas educacionales de la profesora». Reordenando: «No
estoy de acuerdo con la profesora porque ella no tiene hijos».
Falacia de la regresión
Artículo principal: Falacia de la regresión.
La falacia de la regresión
o del retroceso es una falacia lógica en la que se asume una causa donde no
existe. Este tipo de falacia es un caso especial de la falacia Post hoc, ergo propter hoc. Esta
falacia se denomina de retroceso porque se produce cuando se asocia una causa
simple a la desaparición o retroceso de un factor. Conduce a las supersticiones
y al pensamiento mágico.
Ejemplo: «No somos de su agrado, cuando llegamos al bar todos se fueron».
Segundo ejemplo: «Es culpa mía porque desde que
decidí invertir en bolsa, ésta ha empezado a bajar o los precios han bajado».
La explicación se encuentra en el sesgo cognitivo efecto el último evento
y en la tendencia de las personas a tomar decisiones cuando las cosas están
solo en la cúspide o varianza más positiva así cuando éstas se normalizan a la
media asocian la causa a su acción. La siguiente frase resume el proceso en la
bolsa: "El pánico causa que vendas en el bajón y la codicia que compres
cerca de la cima". de S weinstein.
Falacia del tirador preciso
Artículo principal: Falacia del francotirador.
Falacia del tirador
preciso: El presunto francotirador primero disparó y luego dibujó la diana
centrada en sus tiros. Esta falacia es típica en la interpretación de los datos
y en la creación de nuevas creencias. Para eliminarla una vez dibujada la diana
se deben volver a tirar nuevos tiros. Es decir, una vez realizada la teoría es
necesaria probarla con nuevos datos empíricos.
La falacia del francotirador es una falacia
lógica donde la información que no tiene relación alguna es interpretada,
manipulada o maquillada hasta que ésta aparezca tener un sentido. El nombre
viene de un tirador que disparó aleatoriamente varios tiros a un granero y
después pintó una diana centrada en cada uno de los tiros para autoproclamarse
preciso. Tiene que ver con el sesgo cognitivo Ilusión de serie donde las
personas tienden a ver patrones donde solo hay números aleatorios. Esta falacia
no se aplica cuando uno tiene una predicción o una hipótesis particular antes
de observar los datos. Uno podría tener una teoría de cómo debería comportarse algo
o el patrón que debe seguir algo y comprobar mediante pruebas empíricas o datos
que de hecho es así (método científico). Alternativamente, se pueden
tomar los datos observados para construir una hipótesis tal como hace el
francotirador pero luego es necesario ensayar la hipótesis con nuevos datos.
Véase test de hipótesis. Uno no puede usar la
misma información para construir y después ensayar o testar la hipótesis ya que
incurriría en la falacia del francotirador.
Falacia de dirección incorrecta
Artículo principal: Falacia de dirección incorrecta.
La falacia de dirección incorrecta es
una falacia lógica de causa en la que la causa y el efecto están
intercambiados. La causa pasa a ser el efecto y viceversa. Es un tipo especial
de la falacia cum hoc, ergo propter hoc o también
de falso
dilema.
·
- Ejemplo: Las compañías de tabaco sugirieron que el cáncer hacía que la gente fumara para aliviar los dolores para explicar la alta correlación entre ellos. O también la gente de la edad media pensaba que los piojos eran buenos porque no se veían en la gente enferma. Los piojos en realidad podían provocar la enfermedad y el factor desconocido o la verdadera causa de que no se vieran cuando la enfermedad era visible fue que los piojos son muy sensibles a la fiebre o las altas temperaturas.
Argumentum ad consequentiam
Artículo principal: Argumentum ad consequentiam.
Un argumentum ad consequentiam, o
argumento dirigido a las consecuencias, es un argumento falaz que concluye que
una premisa (típicamente una creencia) es verdadera o falsa basándose en si
esta conduce a una consecuencia deseable o indeseable. Es una falacia porque
basar la veracidad de una afirmación en las consecuencias no hace a la premisa
más real o verdadera. Asimismo, categorizar las consecuencias como deseables o
indeseables es intrínsecamente una acción subjetiva al punto de vista del
observador y no a la verdad de los hechos. Incluso si la premisa ha sido
independientemente probada, y entra en juego un tercer factor (1:premisa,
2:argumento, 3:acción) como es la acción a tomar para evitar o favorecer
una consecuencia, la consecuencia en si misma no puede justificar ninguna
acción determinada sino los argumentos que justifiquen la relación
existente entre la acción y la consecución. La elección de la acción, por
tanto, es un paso posterior y separado de las premisas y tiene que ver más con
la argumentación de asociar una futura acción con una consecuencia. Véase
también Consecuencialismo, Efecto
dominó.
Ejemplo: «El presidente no ha robado fondos del Estado, porque si lo hubiera
hecho, habría perdido las elecciones».Segundo ejemplo:«Dios debe de existir, porque si no existiera no habría moral y el mundo sería horrible».
Tercer ejemplo: «El jugador hizo todo lo que pudo, porque sino no hubiéramos ganado el partido».
Argumentum ad baculum
Tanto el ladrón como el demagogo
cometen la falacia argumentum ad baculum, ambos tratan de
soportar sus argumentos a través de las consecuencias negativas de no hacerlo.
Argumentar las decisiones o afirmaciones con las consecuencias positivas o
negativas de hacerlo o creerlo es falaz. Sin embargo, ninguno aporta pruebas o
argumentos tanto de que poseen familia y esto fuera un motivo para darle su
dinero o de que los indigentes podrían acabar robando con armas blancas.
Un argumentum ad baculum, o argumento desde el
bastón o desde el mando o argumento por la fuerza, es un argumento donde la
fuerza, coacción o amenaza de fuerza es dada como justificación para una conclusión.
Es un caso especial negativo del argumentum ad consequentiam. Este
tipo de falacia se da en los casos en los que se duda en intervenir o no, en un
conflicto. Esta falacia se produce porque se asume la premisa como verdadera
debido a que la consecuencia de esta premisa es muy negativa para ser ignorada
o rechazada. Esta consecuencia negativa justifica cualquier intervención para
cambiar las consecuencias asumiendo como verdad las premisas originales. Sin
embargo, aunque estas decisiones preventivas previas, modifican forzosamente
las predichas y subjetivas consecuencias, no aclaran la necesidad de actuar o
no aseguran la verdad de las premisas en las mismas. El miedo a las
consecuencias no puede ser el motor de ninguna decisión ni es capaz por sí
mismo de hacer más veraz una posibilidad.
Ejemplo: «Irak tiene armas de destrucción masiva.
Como esto puede provocar una guerra muy peligrosa debe ser verdad y por tanto
es necesaria una intervención.»
Segundo ejemplo: «Debes creer en Dios, porque si
no lo haces irás al infierno». La única manera de saber la veracidad de una
afirmación es basándose en los argumentos que la apoyen. La intervención, es una
manera específica de resolución, es también una acción que es independiente de
la veracidad de la afirmación y tiene más que ver con la inteligencia para
discernir cual es la mejor manera de actuar. Esta vez si que en función de las
consecuencias deseadas y a partir de las verdades encontradas, situación,
entorno, etc. También es posible que se sea consciente de lo falaz de nuestra
lógica y que igualmente por otras razones, egoísmo, intereses o por miedo a la
simple probabilidad no nula de amenaza prefiera uno equivocarse y actuar como
si estuviera seguro a esforzarse en hallar la verdad.
Falacia del punto medio
Artículo principal: Falacia del punto medio.
La falacia del punto medio, o falacia del
compromiso o falacia de la moderación, se genera al asumir que la conclusión
más válida o certera es la que se encuentra siempre como compromiso entre dos
puntos de vista extremos. La falacia se produce porque la verdad o certeza de
idoneidad se basa no en los argumentos sino en premisas subjetivas (se subjetiviza la
verdad o mentira de un hecho) de qué es lo que se ha considerado como extremo y
qué se considere como punto medio y que se considere que éste es siempre
cierto. Es posible que lo considerado como extremo es en realidad el hecho
cierto. Esta falacia viene del hecho de que con frecuencia una posición
intermedia o moderada suele ser correcta.
Ejemplo: «Algunas personas creen que Dios es
poderoso y que todo lo sabe. Otras creen que Dios no existe. Parece ser
razonable aceptar un término medio. Es decir, probablemente Dios exista pero no
es siempre el más poderoso, el total omnisciente, ni el más bueno» o «La Tierra
está hecha principalmente de roca, y Júpiter de gases, así que Marte
debe estar hecho de agua» o «Quiero vender un ordenador por 500 €, pero en
eBay me ofrecen
1 €, así que deberé venderlo por 250 €» o «Las mujeres en Occidente
no están obligadas a llevar burka, en cambio las mujeres en Oriente están obligadas a
llevar el burka,
por tanto, las mujeres de todo el mundo se las debería obligar a llevar
pañuelo». Esta conclusión es falaz.
Recurso a la probabilidad
Artículo principal: Recurso a la probabilidad.
El recurso a la probabilidad,
o apelación a la probabilidad, es una falacia lógica que asume que porque algo
es posible o probable, es inevitable que pase. Esta falacia es usada para
provocar y promover la paranoia. El recurso de probabilidad no es falaz únicamente
en el caso de que el tiempo de espera para que se produzca sea infinito. Es
decir, esta situación solo se produce matemáticamente. En los demás casos debe
tratarse tan solo como una probabilidad y no como una verdad. La Ley de Murphy se basa en este principio por lo que
también es falaz. Esta ley dice que si existe algún punto que pueda ir
mal, entonces irá mal. Esta ley falaz por asumir certeza donde solo hay
probabilidad y por otro lado produce auto-engaño
ya que evita asumir las propias responsabilidades cuando las cosas van mal y
diluir la responsabilidad en una probabilidad incontrolable. Es evidente que cuando
algo salió mal fue porque era problable de salir mal. Pero por eso mismo, no
se puede diluir la responsabilidad en la simple probabilidad y más bien
aplicar la responsabilidad en la estimación que se hizo por parte de la
persona para decidir que el proyecto, aplicación o decisión estaba finalizada.
Lo que nos dice la Ley de Murphy es que las personas tienden a
sobreestimar su capacidad y a dar por finalizadas las primeras impresiones o
trabajos sobre un tema. Esto quiere decir que se dejan llevar por su
prejuicio cognitivo, incentivado además por la necesidad de evitar el gasto
energético de comprobar, testear y revisar sus trabajos. En la medida que
dicho trabajo, proyecto o decisión sea vital o importante mayor es la
responsabilidad o negligencia que se produce cuando no se comprueban los
casos que pueden ir mal. La ley de Murphy puede presentarse de una forma más
correcta de la siguiente forma: "El hecho de excluir un punto que
puede salir mal no lo excluye de que este salga mal". Esta forma
evidente de expresarlo, es lógica ya que por un lado expresa que la exclusión
de un factor de los test no tiene relación, no está correlada
con su situación o estado real correcto e incorrecto (se encuentra
indefinido) e invita a pensar que el problema estuvo en no probar los puntos
que pueden salir mal.
Ejemplo: «Hay muchos hackers que usan Internet.
Por consiguiente, si usas internet sin un cortafuegos es inevitable que tarde o
temprano seas intervenido». La idea lógica que hay detrás de esta falacia es
que ya que la probabilidad es muy alta es mejor actuar como si esta fuera
verdad. El hecho de que algo sea probable de ocurrir no es un argumento para
atestiguar o verificar que ha pasado.
Falacia naturalista
Artículo principal: Falacia naturalista.
La falacia naturalista es una falacia que se
comete cada vez que se pretende reducir lo “bueno” a lo que es “natural”. Todas
las éticas han incurrido en este tipo de falacia que consiste en justificar la
bondad de algo por el mero hecho de considerarlo “natural”. Evidentemente las
definiciones de lo que puede ser o dejar de ser “natural” son muy
heterogéneas y van desde lo relacionado con la misma naturaleza y/o Dios, hasta
criterios hedonistas,
metafísicos,
nacionalistas o lo que se quiera. Lo considerado natural es un término inexacto
y subjetivo por lo que argumentar el estado de apropiado o inapropiado de un
comportamiento depende de lo que los demás consideren que es apropiado y no a
razonamientos o argumentos que aseguren una consecución o desarrollo de
acontecimientos negativos/positivos demostrables.
Falacias informales
Artículo principal: Falacia
informal.
Falacia del hombre de paja. El error del
espantapájaros: se sustituye el objetivo/argumento principal por otro fácil de
refutar. En este caso la madre exagera y pone la afirmación del niño en la
posición de no querer comer nada, lo cual, no quiso dar a entender. Esta
posición a la que lo ha llevado la madre es fácil de defender.
Conclusión irrelevante
Artículo principal: Conclusión irrelevante.
La conclusión irrelevante,
ignoratio elenchi, refutación ignorante o eludir la cuestión,
es la falacia lógica de presentar un argumento que puede ser por sí mismo
válido, pero que prueba o soporta una proposición diferente a que la que debería
apoyar. Aristóteles creía que todas las falacias lógicas podían
ser reducidas a ignoratio elenchi. También en algunos casos estas
conclusiones irrelevantes son intentos deliberados por parte de manipuladores,
expertos en falacias lógicas, de cambiar el asunto de la conversación. Véase
también Defensa Chewbacca.
Ejemplo: "Pablo es un buen deportista y debe
ganar la copa. Después de todo, es un buen tipo, ha donado mucho dinero y es
católico." Hecho: Las donaciones o preferencias religiosas no tienen que
ver con el merecimiento de un trofeo o rendimiento deportivo.
Tu quoque
Artículo principal: Tu quoque.
Tu quoque (en latín 'tu
también'), es un tipo específico de ignoratio elenchi porque se basa en
que la premisa o consejo presentado por una persona es falsa porque esta misma
persona no la sigue.
Ejemplo: «Thomas Jefferson decía que la
esclavitud estaba mal. Sin embargo, él mismo tenía esclavos. Por lo tanto se
deduce que su afirmación es errónea y la esclavitud debe estar bien».
Argumentum ad hominem
Artículo principal: Argumentum ad hominem.
El argumentum ad hominem o argumento dirigido
al hombre consiste en replicar al argumento atacando o dirigiéndose a la
persona que realiza el argumento más que a la sustancia del argumento. Tu quoque
en el que se desvelan trapos sucios suele ser un mecanismo.
Ejemplo: Dices que este hombre es inocente pero
no puedes ser creíble porque tú también eres un criminal.
Falacia del hombre de paja
Artículo principal: Falacia del hombre de paja.
Falacia del hombre de paja. El error del
espantapájaros: se sustituye el objetivo/argumento principal por otro fácil de
refutar.
Una falacia del hombre de paja o argumentum
ad lógicam, es una falacia lógica basada en la confusión de la posición del
oponente. Generar un «hombre de paja» es crear una posición fácil de refutar y
luego atribuir esa posición al oponente para destrozarlo. En realidad el
argumento real del oponente no es refutado sino el argumento ficticio que se ha
creado. El nombre viene de los hombres de paja que se usan para entrenar en el
combate y que son fáciles de abatir. Es decir, se atacan los flecos o posibles
malinterpretaciones que se puedan hacer de la premisa. Ejemplo: Pedro: «Pienso
que los niños no deberían correr por calles con mucho tráfico». Juan aprovecha
y crea una posición clara de ataque: «Yo pienso que sería estúpido encerrar a
los niños todo el día sin respirar aire limpio». De esta manera, Juan puede
atacar una posición radical y fácil que Pedro nunca quiso dar a entender. La
única manera de evitar el hombre de paja es que Pedro lo destruya antes que
Juan o poner en evidencia la intención de Juan de crearlo para confundir.
El arenque rojo
Artículo principal: Falacia del arenque rojo.
La falacia del arenque rojo
(del inglés red herring), o también seguir la zanahoria, se
comete cuando alguien introduce material irrelevante al asunto de discusión, de
manera a distraer la atención de todos hacia una conclusión diferente. El
nombre proviene de un arenque rojo que se usa para alargar las cacerías de los
zorros llevando a los perros de caza por una pista equivocada. El olor intenso
del arenque rojo confunde el rastro. Véase también Defensa
Chewbacca.
Ejemplo: «Ud. puede decir que la pena de muerte
es un medio ineficaz para prevenir el crimen, pero… ¿Y las víctimas del crimen?
¿Cómo piensa Ud. que se sienten los familiares de las víctimas al ver que el
hombre que asesinó a su hijo es mantenido en prisión a costa de ellos? ¿Está
bien que deban pagar por el alimento y alojamiento del asesino de su
hijo?"».
Véase también recurso a las emociones,
evadir la conversación.Argumento a silentio
Artículo principal: Argumento a silentio.
La falacia del argumento a silentio o argumento desde el
silencio consiste en considerar que el silencio de un ponente o
interlocutor sobre un asunto X prueba o sugiere que el ponente es un ignorante
sobre X o tiene un motivo para mantenerse en silencio respecto a X. En relación
con esta falacia, es necesario hacer referencia a la doctrina jurídico-procesal
llamada «de los actos propios», por la cual, en una de sus aplicaciones más
frecuentes, si una de las partes en un proceso no alega cierto hecho, dato,
prueba o argumento disponiendo de trámite para hacerlo, se presumirá que carece
del mismo. Por tanto, aunque lógicamente el argumentum a silentio o ex
silentio es una falacia, porque el silencio de un interlocutor no puede
tomarse como prueba de certidumbre de lo dicho por un interlocutor contrario,
en el terreno de la pura retórica puede ser un indicio de falta de argumentos o
de falta de capacidad para contrarrestar dialécticamente los argumentos
expuestos por la adversa. Esta presunción se realiza en el terreno jurídico por
ser este un terreno subjetivo marcado por leyes que están hechas para que la
mayoría pueda quedar satisfecha. Y esto es así porque la mayoría posee el
prejuicio de que el silencio de un interlocutor implica la falta de argumentos
o un motivo particular para tenerlo y también porque el que rompe el estado de
normalidad tiene la obligación de probar con argumentos las acusaciones.
Véase Falacia de eludir la carga de la prueba.
Hipótesis ad hoc
Artículo principal: Ad hoc.
En filosofía y ciencia, una hipótesis ad hoc,
es hipótesis
agregada a una teoría filosófica o científica para salvar la teoría de ser
rechazada o refutada por sus posibles anomalías y problemas que no fueron
anticipados en la manera original. Véase también falacia del francotirador en el que las
consecuencias o el orden lógico que se supone debería preverse se desarrolla
después de ver los datos. Filósofos y científicos se comportan de manera
escéptica ante las teorías que continuamente y de manera poco elegante realizan
ajustes ad hoc o hipótesis ad hoc ya que estas son con frecuencia características
de teorías seudocientíficas. Gran parte del trabajo científico
recae en la modificación de las teorías o hipótesis ya existentes, pero estas
modificaciones se distinguen de las modificaciones ad hoc en que los nuevos
cambios proponen a su vez nuevos medios o contraejemplos para ser falsificados
o refutados. Es decir, la teoría tendría que cumplir con las nuevas
contenciones junto con las anteriores.
Falacia por asociación
Artículo principal: Falacia de asociación.
Una falacia por asociación es un tipo de falacia
lógica que sostiene que las cualidades de uno son intrínsecamente o
esencialmente cualidades de otro simplemente por asociación. Las falacias por
asociación son un caso especial de ignoratio elenchi o refutación
ignorante, en relación a que el argumento de réplica no tiene que ver con el
tema o asunto tratado sino que el asunto es deliberadamente modificado para
divergir en un tema mejor defendible. Algunos ejemplos de falacia por
asociación son: «Algunas obras caritativas son fraudes. Por consiguiente todas
las obras caritativas son fraudulentas» o «Bush quiere invadir Irak. Bush es un
republicano. Por consiguiente todos los que apoyan la invasión de Irak son
republicanos». Véase también Reductio ad Hitlerum.
Ad ignorantiam
Artículo principal: Argumento ad ignorantiam.
Un argumento ad ignorantiam o argumento
dirigido a la ignorancia afirma que una premisa es verdadera solo porque no
ha sido probada como falsa o que la premisa es falsa porque no ha sido probada
como verdadera. Esto es una falacia porque la veracidad o falsedad de cualquier
afirmación es independiente de nuestro conocimiento. Si bien es cierto, sin
conocimiento o prueba no se puede ejecutar ninguna acción sin riesgo. Es decir,
esta falacia produce que si uno, es decir, subjetivamente o debido a nuestro
propio conocimiento encuentra una premisa increíble o poco probable, la premisa
puede ser asumida como no verdadera o alternativamente que otra premisa más
conocida o preferida pero no probada es la verdadera o la más probable. Con
esto, lo que se hace es subjetivizar el estado de verdad o falsedad de las
cosas al propio conocimiento o familiaridad del individuo con estas, algo que
evidentemente es erróneo. Véase también el modelo de navaja
de Occam es decir, un argumento dirigido a la complejidad, que aunque
falaz, estrictamente, es un método que inevitablemente a falta de pruebas se
sigue usando porque guarda una verdad implícita: en igualdad de condiciones,
la sencillez es preferible a la complejidad.
Falacia del efecto dominó
Artículo principal: Falacia del efecto dominó.
Una falacia del efecto dominó
o pendiente deslizante es un tipo de falacia lógica que argumenta que si
se realiza un determinado movimiento o acción en una determinada dirección esta
generará un cascada de eventos uno tras otros en la misma dirección. Esta
falacia está basada en las falacias de asociación, las falacias de causa
simple, las falacias post hoc, ergo propter hoc y sobre
todo en la falacia de recurso de probabilidad
que conduce a la paranoia. La falacia consiste en que una vez realizado el
primer movimiento en una dirección se continuará inevitablemente en la misma
dirección, algo que es probable pero que no debe considerarse cierto. Para
evitar caer en la falacia se deben aportar argumentos para la conexión entre
los sucesos y tener en cuenta que a medida que se desencadenan más sucesos la
probabilidad de que estos ocurran es siempre menor. Este tipo de argumentación
es beneficiosa en demagogia ya que aprovechando el sesgo de falsa vivencia consigue despertar
la paranoia y el miedo en los receptores. La probabilidad de un suceso no
implica su certeza. Esta falacia se usa también con la falacia del hombre de paja de la
siguiente manera: 1) A sucede; 2) B inevitablemente sucederá (se aplica la falacia del efecto dominó);
3) B es un suceso detestable (es un suceso fácilmente defendible al que el
locutor no quería llegar); 4) por consiguiente A también es detestable
(consecución de la falacia del hombre de paja. La conexión
entre el suceso A y suceso B puede ser falaz o no serlo y depende de si se
aportan suficientes argumentos. Véase también teoría del dominó donde se explica que un
argumento independiente es necesario para explicar por qué un principio similar
al domino es aplicable a las propias circunstancias.
Recurso a las emociones
Artículo principal: Argumentum ad consequentiam.
La falacia del recurso a las emociones es una
falacia en la que el locutor trata de manipular las emociones del receptor, más
que usar argumentos válidos, para demostrar la validez o invalidez de los
argumentos del contrario. Dentro de esta falacia se encuentran otras como, recurrir a las consecuencias, recurrir al miedo, recurrir a la culpa, recurrir al ridículo, recurso del
victimismo y demás falacias en las que las emociones o estados subjetivos
de uno o varios individuos se usan como argumento para demostrar la veracidad o
falsedad de una aseveración. Especial atención para el recurso del victimismo en
el que se mezclan el Argumentum ad hominem ataques o argumentos
sobre las personas y una apelación a las emociones.
Recurso al victimismo
Artículo principal: Victimismo.
La falacia del recurso del victimismo.
Pedro: X pesa 50 Kg.
Juan: Eso no es cierto, X pesa 100
Kg, lo pesé hoy con la báscula. Pedro: "Esta
persona siempre me está atacando afirmando que miento. Trata de imponer
su punto de vista, es injusto. Haga el favor de disculparse, mi opinión merece
ser respetada y no puede imponer la suya sobre la de los demás. Es
usted un dictador". Aunque, lo predicado por Pedro pudiera ser
cierto no tiene nada que ver con la verdad o falsedad del argumento, pero
permite desviar la atención de los datos y verdaderos argumentos. La mejor
forma de evitar la falacia es poner en evidencia que el tema tratado y el
recurso de victimismo son temas diferentes y que deben tratarse por separado.
Falacia de recurrir a las consecuencias: El
futbolista hizo todo lo que pudo, de otra manera no se hubiera ganado; donde se
recurre a la consecuencia positiva o a la felicidad del momento para ganar
aceptación. Falacia de recurrir al miedo o argumentum
ad metam o argumentum in terrorem: Si no te gradúas siempre serás
pobre o Dios existe y si no crees en él, arderás en el infierno o si no
actuamos ahora después será demasiado tarde. Ninguno da argumentos sobre su
premisa principal, tan solo se limitan a presentar una ilusión negativa o falsa vivencia que afecte a las
emociones del otro.
Recurso al ridículo
Artículo principal: Recurso al ridículo.
Caricatura de Charles
Darwin como un simio, en la revista Hornet. Se puede observar que lo
representaban con características propias de la rama de los simios, como manera
de burla a su observación de la evolución
del simio al hombre actual. Recurso al ridículo o también a la
«falacia ad hóminem».
La falacia del recurso al ridículo se
parece a la falacia del recurso a las emociones,
porque se presentan los argumentos del oponente de modo que estos parezcan
ridículos o irrisorios. Con frecuencia esta falacia es una extensión de un
intento por crear una falacia de hombre de paja del argumento actual.
Ejemplo: «Si la teoría de la evolución
fuera cierta, ¡sería decir que tu abuelo era un gorila!»
Otro ejemplo: «Pedro: Deberían subir el precio de
las balas. Juan: Claro, al irte de caza ¿te imaginas pedir un crédito para
poder comprarlas?»
En esta falacia se ridiculiza el argumento. No
confundir con la falacia de argumentum ad hominem en el que se ataca a la
persona para derrumbar su argumento. Tampoco confundir con reductio ad
absurdum (reducción al absurdo) o prueba por
contradicción que correctamente construida no es una falacia sino un argumento
válido y lógico
que además es usado en matemáticas. Reducción al absurdo significa encontrar
una excepción de alguna premisa que de manera consensuada o probada la haga
falsa o absurda.
Ejemplo: «Pedro: No vayas a la fiesta. María:
¿Por qué no? Pedro: Porque hay chicos que se aprovechan. María: Ok, entonces
tampoco iré a la universidad, puesto que también hay chicos aprovechados.»
El anterior ejemplo usa la reducción al absurdo para rebatir el argumento
de forma lógica y veraz. Esto obliga a modificar y a expresar un nuevo
argumento a Pedro.
Otro ejemplo lógico de reducción al absurdo podría ser: «Pedro: Todas
las creencias tienen igual validez. Juan: Yo creo que todas no tienen validez.
Juan: Como tú dices que todas tienen validez y la mía es una creencia, ésta
también debe ser válida, por lo que te contradices.»
Falacia de la empatía
Artículo principal: Falacia de la empatía.
Una falacia de la empatía es
un argumento falaz que subjetiva a la propia valoración de la realidad las
verdaderas sensaciones de los demás. Esta falacia asume que si algo es bueno
para mi entonces debe ser bueno para los demás sin preguntar. En su versión más
fuerte puede derivar en acciones prejuiciosas cuando se cree que dicha bondad
debe ser compartida o impuesta. Al mismo tiempo, si algo es malo para uno mismo
entonces también lo será para los demás. Esta falacia justifica el colonialismo
y es la justificación para las imposiciones de creencias o de culturas. Esta
falacia en su versión fuerte asume no solo que la nueva creencia es mejor, sino
que es necesaria imponerla puesto que los demás no son capaces de elegirla libremente.
En su versión débil la falacia es solo un caso de generalización apresurada,
que al final puede llevar fortuitamente a una conclusión acertada.
Ejemplo: Y Jesús dijo: amarás al prójimo como a
ti mismo. Desde la perspectiva de la lógica y considerando que la intención de
la frase era crear una regla general de conducta que mejorara las relaciones
entre las personas (entiéndase incrementar el estado de felicidad de todas las
partes), la frase es falaz. Primero porque considera que se realizará una buena
percepción subjetiva del propio estado, segundo que dicha percepción subjetiva
es positiva para los demás y tercero porque ordena e impone tu propia
percepción a los demás sin llegar a comprobar que esa percepción es aplicable a
los demás.
Otro ejemplo: "X es un gran país. X es así
por la cultura y sabiduría del pueblo X. Deberíamos invadir los demás países
para librarlos de la pobreza".
Argumentum ad populum
Artículo principal: Argumentum ad populum.
Un argumentum ad populum, o argumento desde
el pueblo, es un argumento falaz que concluye que una proposición debe ser
verdadera porque muchas personas lo creen así. Es decir, recurre a que «si
muchas personas lo creen así, entonces será así». En ética el argumento falaz
sería «si muchos lo encuentran aceptable, entonces es aceptable». Esta falacia
hace uso del prejuicio efecto carro ganador. Esta falacia es un tipo de falacia genética o basada en el origen de las
cosas. Es una falacia porque el mero hecho de que una creencia esté ampliamente
extendida no soporta o no la hace necesariamente correcta o verdadera. Esto se
basa en que si una opinión individual puede ser incorrecta, entonces la opinión
sostenida por muchas personas también puede serla. La veracidad o falsedad de
una afirmación es independiente o no reside en el número de personas que creen
en ella. Esta falacia se usa mucho en publicidad. Ejemplo: «50 millones de fans
no pueden estar equivocados» o «la marca X es la marca líder en Europa, por eso
deberías comprar productos de esta marca» o «la mayor parte de la gente del
planeta cree en algún dios, y no se conocen entre sí, eso no puede ser
coincidencia: Dios debe existir» o «los ecologistas dicen que el calentamiento
global está sucediendo porque la mayoría de los científicos dicen y lo creen
así». Esto es una afirmación falaz, sin embargo, la ciencia trabaja sobre la evidencia, no
el voto popular. Así, es más apropiado fijarse en las evidencias
que se presentan que en el número de personas que lo afirman o lo niegan. Esto
lleva a que los resultados en democracia no pueden catalogarse como buenos o malos por
el número de votantes; tan solo se puede afirmar que el resultado es el que el
mayor número de personas quiere y eso, en democracia,
debe ser suficiente. Votar por una solución o voto plural como método para saber
si una afirmación es cierta o falsa es falaz e incorrecto. Un espectador de un
juicio que observa una votación y no los argumentos no puede deducir después de
la votación o por el resultado si lo votado es cierto o no. Esto es así porque
la votación pudo haberse llevado a cabo a través de los prejuicios y no a
través de los argumentos. De igual manera, si la lógica es llevada solo a
través de argumentos sólidos no sería necesaria la votación. Tanto la
democracia como los juicios no obvian esto sino que simplemente hacen la
falacia irrelevante definiendo leyes que son más subjetivas que objetivas. Es
decir, no se trata de hallar la verdad o lo mejor posible sino de encontrar una
solución que agrade a la mayoría en las circunstancias históricas y culturales
del momento. En los juicios por votación existe para evitar, en lo posible, un efecto
carro ganador, la presunción de inocencia y además la idea de que la simple
posibilidad, suposiciones o pruebas circunstanciales no deben ser tenidas en
cuenta por el jurado.
Existen excepciones como en etiqueta y protocolo.
Estas solo dependen de la aceptación mayoritaria de estos, es decir, son
totalmente subjetivos al número así que un argumento ad populum no es falaz en
estos casos. Esto es así porque las convenciones aceptadas no se definen y no
deben asumirse como verdaderas/falsas, mejores/peores sino solo
como convenciones o reglas a usar en el momento actual. Así su veracidad se
encuentra indefinida y tan solo es considerada una regla de uso. Esto se
aplica solo para esos casos en los que ambas partes entiendan el término convención
y no asuman verdad en ello. Otro punto aparte sería si merece la pena evitar
una "convención o protocolo" con los posibles gastos energéticos y
riesgos de eficiencia que supone en favor de otro protocolo argumentado
verdadero. En esos casos intervienen muchas variables pues ya se trata de
una "acción" de cambio y los modos de ejecutarla dependen de otros
factores más que de su estado de verdad o falsedad.
Ejemplo: En Rusia la mayoría piensa que es cortés
entre hombres besarse en cada encuentro. Por consiguiente, es cortés para los
hombres hacerlo en Rusia. Otra excepción es cuando el argumentum ad pópulum implica
implícitamente un argumento «de seguridad» por convención pero no se centra en
si es mejor o peor el sistema. Ejemplo: Todos conducen por la derecha. Por
tanto, para no tener problemas deberías conducir por la derecha.
Argumentum ad nauseam
Artículo principal: Argumentum ad nauseam.
Un argumentum ad nauseam, o argumento desde
la náusea, es un tipo de falacia dirigida a las emociones en el que las
personas creen que una afirmación es más probable de ser cierta o más probable
de ser aceptada como verdad cuanto más veces ha sido oída. Esta falacia está
dirigida a las emociones porque el hastío o ad náuseam que se genera
subjetivamente o en cada persona por la repetición de la afirmación es tal que
puede hacer cambiar el concepto de ésta sin llegar a escuchar ningún argumento
válido. De esta manera, un argumentum ad náuseam
es aquel que emplea repetición constante de una afirmación hasta que los
receptores se convencen de esta. Este tipo de técnica falaz es usada mucho en
política donde sin emplear argumentos, pruebas o evidencias de un hecho se
repite una y otra vez la misma afirmación hasta la conversión. Sin embargo, por
mucho más que se repita o más esfuerzo se ponga en hacerlo, esto no hace a la
afirmación más real o verdadera. Esta falacia viene de la falsa creencia de que
si alguien se molesta o dedica tanta energía para la repetición de un mensaje
es porque éste debe ser más veraz que otro que no se molesta o puede rebatirlo.
Véase efecto del carro ganador
y sesgo de la debilidad y
fortaleza.
Argumentum verbosium
Artículo principal: Argumentum verbosium.
Suponga la siguiente escena.
Antonio, que es millonario, muestra a sus dos invitados, Pedro y Juan, su
inmensa biblioteca. Juan comenta: "Antonio debe ser muy inteligente y
cultivado. Mira la cantidad de libros, divisiones por temas, estanterías e
incluso estatuas que tiene en su biblioteca de astrología. Debe ser un experto
en astronomía". Nótese no solo que Juan comete el error de confundir
astrología con astronomía aturdido por la cantidad de información concerniente
a un tema que posee vagas similitudes con la astronomía, sino que además supone
que dicha cantidad de información es relevante y cierta. Por otro lado,
califica de inteligente y culto a Antonio sin escrutinio, pues debido al
verbosium se supone calidad en el contenido. Pedro responde: "Antonio,
¿has leído algún libro de estos?".
Un argumentum verbosium, o argumento
por verbosidad o palabrería, se produce cuando un argumento es tan
complejo, tan extenso y tan pobremente presentado por el ponente que los demás
están obligados a creerlo y asumen que es cierto. Esta asunción se produce, con
frecuencia, para evitar el gasto energético y en el tiempo del ponente para
examinar los detalles. Al mismo tiempo, debido a la intimidación por
complejidad que el ponente desarrolla y al riesgo al ridículo por
desconocimiento. Véase sesgo de la
debilidad y fortaleza. Esta falacia tiene como epítome la
siguiente frase: "Si no puedes convencerles con tu brillantez, entonces
desconciértales con todos los detalles". Este tipo de falacia es muy común
en círculos académicos y en los medios de comunicación.
Ejemplo: "El proyecto fin de carrera de
Pedro es mejor y debe tener razón, ha escrito mucho y es que tiene más de 500
páginas, el de Einstein
solo tiene 50". El número de páginas de un documento y complejidad
aparente y subjetiva no es un factor relacionado con la calidad y veracidad de
un documento. De hecho y es tan solo un dato anecdótico, las grandes obras e
ideas científicas se han desarrollado en artículos de no más de 30 páginas.
Para realizar una aseveración se debe comprender el contenido en otro caso hay
que abstenerse de hacerla.
Segundo ejemplo: Suponga que alguien quiere
convencerle de que volar es muy peligroso. Si se aplica argumentum verbosium
se expondrían muchísimos datos, como el número de accidentes en los cincos años
pasados, el número de personas que han muerto, luego lo mismo divididos por
líneas aéreas y así hasta aportar 25 estadísticas diferentes. Esta magnitud de
datos sonará convincente debido al prejuicio cognitivo por el sesgo de la
debilidad y fortaleza. Sin embargo, esto no cambiará la realidad
demostrable de que volar es el modo más seguro de viajar porque en este caso el
número de accidentes no es tan relevante como la relación entre el número de
vuelos y el número de accidente o el porcentaje de accidentes/vuelo seguro.
Cuando se entrega un gran número de estadísticas el público tiende a dejar de
examinar la calidad, relación directa, relevancia y validez de las estadísticas
y las acepta confirmando que su número o complejidad técnica es igual a su
veracidad.
Tercer ejemplo: la presentación de Lucas ha
durado una hora, no he podido entender nada, debe de ser un genio. La de Pedro
estuvo bien lo he entendido todo no sé como no se me ha ocurrido a mi, lo que
hace lo puede hacer cualquiera". En este ejemplo se comete la falacia de
considerar ciertos los datos aportados cuando no se ha llegado a entenderlos.
Cuando un tema no se comprende, entonces no es posible dar una opinión al
respecto. Únicamente se puede decir que Lucas no ha podido a hacerse entender.
Las razones para ello tampoco deben asumirse. Es decir, es posible que la falta
de entendimiento no se deba a una asumida experiencia del receptor. Por esto
mismo es necesario un diálogo o reacción del público y este debe ser siempre
respetado y fomentado.
En muchas culturas se desaprueba el
cuestionamiento de las autoridades y la aclaración precisa y diáfana de los
contenidos. Esto es lógicamente incorrecto. Esto es así porque el motivo de los
documentos, exposiciones, explicaciones y el fin de la comunicación es llegarse
a entender es decir, transmitir el mensaje correcto.
Se ha visto que los comentarios anónimos
incrementan el número de preguntas. Lo cual, apunta a que muchos evitan el
cuestionamiento debido precisamente al argumento por intimidación o Argumentum verbosium. La
forma de eliminar estos perjudiciales comportamiento que pueden socavar la
credibilidad, a largo plazo, de cualquier materia, es demandando una síntesis,
lenguajes más explícitos,la verdadera divulgación por personas realmente
capacitadas en estos temas y el escarmiento y exposición de estos galimatías,
si todo esto no funciona, entonces se debe buscar activamente un mejor
divulgador y mostrar disconformidad abandonando la sala. Un buen divulgador
sigue la siguiente frase "Que sea sencillo pero no incompleto".
Por otro lado, La falacia contraria vendría del
argumento de cuanta mayor sencillez más certera es una aseveración. Este
razonamiento incorrecto no debe confundirse con la navaja
de Occam. La Navaja de Occam expone que en igualdad de
condiciones es preferible la sencillez a la complejidad entre dos teorías
y no se manifiesta acerca de su veracidad. Karl
Popper argumentaba que las teorías simples no necesitan apelar por
consideraciones estéticas. Tomas
de Aquino expresó: "Si una cosa puede se hecha adecuadamente por
medio de uno, es superfluo hacerla por medio de varias".
Karl Popper exponía que la preferencia puede
estar justificada por el criterio de falsabilidad. Se prefieren las
teorías simples a las teorías más complejas porque las sencillas poseen mayor
contenido empírico para ser puestas a prueba en el futuro y por eso son más
fácilmente falsables (Popper 1992). En otras palabras, las teorías simples
cubren un mayor número de casos que las teorías complejas y por tanto son más
fáciles de falsar.
Por ejemplo, suponga dos teorías arbitrarias que
no disponen de más argumentos que su enunciado. Ambas pueden ser falsas o
quizás solo una de ellas verdadera: (a) el mundo es plano; (b) el mundo es una
tortuga gigante que vuela por el espacio. Es conocido que ambas teorías son
falsas pero aceptar la teoría B supondría aceptar que de todas las
configuraciones posibles la de la tortuga con su textura, dureza y cualidades
es la única posible lo que limita y restringe el contenido empírico mientras
que la teoría A restringe el mundo, en menor medida, a una geometría plana sin
suponer mayores variables. Cuando estas teorías pudieran ser falsables la
primera que podría serlo sería la teoría A por presentar más casos en los que
se debe cumplir.
Argumentum ad verecundiam o recurso a la autoridad
Artículo principal: Argumento ad verecundiam.
Un argumentum ad verecundiam, o apelación a la autoridad, es una falacia que
consiste en basar la veracidad o falsedad de una afirmación en la autoridad,
fama, prestigio, conocimiento o posición de la persona que la realiza. Un tipo
especial de esta falacia es la falacia argumentum ad crumenam donde se
considera más veraz una afirmación porque la persona que la realiza es rica o
por el contrario en argumentum ad lazarum porque el pobre o
de menor clase quien la realiza. La veracidad de un hecho o afirmación no
depende, en último estado, de la persona que la realice sino de las pruebas,
evidencias o argumentos que se presenten. Esta falacia también puede
considerarse una variante del argumentum ad hominem ya que también
subjetiviza la veracidad o falsedad de una afirmación en la calificación de un
individuo. Sin embargo, al igual que a través de la experimentación se tratan
de encontrar excepciones y si no se encuentran se puede considerar una teoría
como verdadera, igualmente se puede hacer con las autoridades. Un argumento que
apela a la autoridad y no falaz sino lógico en función de sus premisas sería:
1) A realiza una afirmación B 2) A nunca está confundido, equivocado o
deshonesto 3) por lo tanto la afirmación, evidencia o prueba B debe ser tomada
en consideración que no como cierta. Tanto como la premisa 2 sea cierta su
conclusión también lo será. Así apelar a una autoridad puede ser lógicamente
correcto mientras haya sido suficientemente probada su autoridad y no se hayan
encontrado excepciones. Esto no quiere decir que la afirmación sea cierta y no
se encuentre una excepción pero esto es algo que es inevitablemente y
energéticamente hablando no puede evitarse por el número de pruebas y test que
deberían hacer para tomar decisiones. Por otro lado, las personas se equivocan
y además con frecuencia lo que deja escaso margen para que la premisa 2 no
tenga excepciones. Ejemplos falaces son los siguientes: «esa afirmación es
verdad, porque lo he visto en televisión» o «esto debe ser verdad porque
aparece en Wikipedia» o «lo dice la revista científica Nature, por
consiguiente debe ser cierto». En todos estos casos si no se conocen o se ha
experimentado con las fuentes se genera un ipse dixit.
- Ej. de argumento falaz debido a la apelación de la autoridad: El catedrático de economía de la prestigiosa universidad de Harvard Martin Feldstein es asesor de la administración del gobierno de EEUU. Martin Feldstein y Glenn Hubbard defienden que la regulación del mercado financiero frena el crecimiento de la economía y por tanto las inversiones de los bancos y su deuda no deben regularse. Seguro que él no pudo haber pasado por alto los peligros de la codicia especulativa y arriesgada de un mercado descontrolado. Por tanto, la crisis económica del 2008 no es debida a la falta de regulación.
Argumentum ad antiquitatem
Artículo principal: Argumentum ad antiquitatem.
Ejemplos de argumentos haciendo uso de la falacia argumentum
ad antiquitatem.
Un argumentum ad antiquitatem es una
falacia lógica típica en la que una tesis es proclamada como correcta basándose
en que ésta ha sido tradicionalmente considerada correcta durante mucho tiempo.
En definitiva, «esto es correcto porque siempre se ha hecho de esta manera».
Este argumento hace dos suposiciones: 1) que la antigua manera de pensar fue
probada como correcta cuando se introdujo (lo cual puede ser falso, ya que la
tradición puede estar basada en fundamentos incorrectos); 2) las razones que
probaron este argumento en el pasado son actualmente vigentes para hoy. Si las
circunstancias han cambiado esto puede ser falso. Por otro lado, esta falacia
también asume que mantener el statu quo es preferible o deseable ante la posibilidad de
un cambio, lo cual puede ser también incorrecto.
Ejemplo: «En Navidad siempre hemos traído a casa
árboles arrancados del bosque, ¿por qué ahora tendremos que comprar uno de
plástico?» Véase también su versión opuesta argumentum ad novitatem. En ambos casos no
se dan argumentos que apoyen los cambios sino apelaciones a que lo mejor es lo
antiguo o lo nuevo respectivamente.
Falacia de las muchas preguntas
Artículo principal: Falacia de las muchas preguntas.
La falacia de las muchas preguntas es
una falacia que es realizada cuando alguien hace una pregunta que presupone
algo que todavía no ha sido probado o aceptado por todas las personas
envueltas. Esta falacia es con frecuencia usada retóricamente para dar a
entender la presunción o conocimiento de la respuesta a la pregunta por parte
del que la realiza. Ejemplo: «¿Sigues saliendo a comer con tu mujer?». La
respuesta tanto afirmativa como negativa admitiría que la persona tiene mujer y
que al menos antes salía a comer con ella. Estos hechos son presupuestos por la
pregunta. Se trata de una falacia porque se asume la verdad o se presuponen
algunos hechos a la hora de hacer la pregunta compleja. Esto no quiere decir
que no sean ciertos pero si que no deben creerse, por los demás oyentes, como
ciertos hasta no recibir la respuesta. Para evitar estas asunciones lo mejor es
no responder la pregunta ya que no se dará ninguna información extra. Para
evitar hacerlo se puede responder con otra pregunta que apunte al porqué de las
asunciones o denotar o mostrar que la pregunta está envenenada y ha presupuesto
algunos hechos. Si no es posible evitar responder entonces la respuesta debe
ser completa y negar las presunciones.
Ejemplo: ¿Todavía golpeas a tu esposa? Una
respuesta negativa significará que la persona ha pegado a su esposa en un
momento anterior, la afirmativa que no solo que lo haces en la actualidad sino
que lo haces desde tiempo atrás. En este tipo de preguntas se da por supuesto
el hecho por el que se pregunta, y si este hecho no ha sido asumido antes por
los interlocutores, la pregunta se vuelve capciosa: se incurre en la falacia de
las muchas preguntas.
Dos errores hacen un acierto
Artículo principal: Dos errores hacen un
acierto.
Dos errores hacen un
acierto es una falacia lógica que ocurre cuando se asume que si un error es
cometido, otro error podrá cancelarlo. La falsedad o equivocación en un
comentario o acción no hace más necesario, loable o racionalmente prudencial
realizar otro acto equivocado en represalia. Este tipo de falacia se reproduce
en la ley de talión o en el ojo por ojo. Véase alternativa Cesare Beccaria. Es debida a
varios sesgos como sesgo de simetría, fenómeno del mundo justo.
El problema no reside en saber qué se considera error o si se considera un
error y un acierto la represalia. La falacia no está en la definición de las
dos acciones iniciales sino en considerar que el resultado está definitivamente,
por cancelación, ligado a un acierto o a un error. La idea de que un error es
cancelado por otro viene de la semejanza o ilusión de serie que existe con
las leyes físicas donde una fuerza en una dirección genera otra fuerza simétrica, de igual magnitud,
pero en sentido opuesto. Sin embargo, la ley no se pronuncia sobre el acierto
de la fuerza en un sentido y del otro, es decir, no se pronuncia sobre la
idoneidad o finalidad de este comportamiento. Es decir, en física esto no se
puede cambiar pero en los comportamientos sí y si una reacción diferente
conduce a una mejor consecución de acontecimientos, esta debería tomarse. En
dos errores hacen un acierto se obvia esto y directamente se asume que la
reciprocidad o proporcionalidad es lo que traerá mejores consecuencias. De esta
manera muchos pueden encontrar argumentos para justificar que en defensa propia
uno puede responder con violencia a la violencia pero no podrán ligar un
resultado positivo debido solo a una cancelación de efectos. Es más, en la guerra
fría, la amenaza nuclear en represalia a otra amenaza nuclear fue usada y
aunque evitó la guerra creó una escalada armamentística. Es decir, ligar el
resultado a un acierto debe hacerse con otros argumentos más que la pura
cancelación de dos efectos nocivos. De otra manera, se pueden entrar en ciclos
de violencia, acumulación de armas, escalada de desconfianza, y otros errores
en incremento, cuando la otra parte usa la misma lógica.
Ejemplo: «Juan: Llamé a mi jefe y lo llamé
idiota. Puedo volver a llamar y llamarle idiota pero diciendo que soy Susana.»
Aunque el segundo hecho perjudicial puede aparentemente cancelar mi primer
error no se puede asumir un acierto y salir sin problemas del atolladero. Se
podría hacer lo correcto y disculparse y quizás el resultado hubiera sido
también acertado. La cuestión es que tanto lo uno como lo otro no liga a un
resultado si no hay argumentos que lo apoyen como la personalidad de tu jefe,
confianza con él y otros argumentos.
Segundo ejemplo: «Juan: El político X mintió
cuando habló sobre P. Pedro: Si muy bien, pero no estás teniendo en cuenta que
tu político Y también fue mentiroso cuando habló acerca de Q.»
Falacia del costo irrecuperable
Artículo principal: Falacia del costo
irrecuperable.
La falacia del costo
irrecuperable, o falacia de la concordia, se produce cuando alguien realiza
una inversión que parece ser no rentable y razona de la siguiente manera: «No
puedo parar ahora, de otra manera lo que he invertido hasta el momento se
perderá». Esto es verdad, por supuesto, pero irrelevante para la decisión de si
uno debe continuar invirtiendo en el proyecto. Es decir, los argumentos para
seguir invirtiendo en el proyecto no se deben basar en el miedo a la pérdida de
lo invertido sino en las expectativas de funcionamiento del proyecto ambas
cosas totalmente independientes. Si no hay esperanza de ningún éxito para la
inversión, entonces, el hecho de que uno haya ya metido un montón de dinero y
esfuerzo no justifica tener que seguir perdiéndolo para no afrontar el error
inicial. Esto se da en las personas que no saben o pueden claudicar, por el
prejuicio existente de que si se pone toda la energía en algo serán capaces de
vencerlo. Sin embargo, siempre puede haber un factor desconocido o variable
desconocida que podría llevarles al fracaso indefinidamente o
irremediablemente. Esta falacia se constata en que estas personas creen ser
capaces siempre de aprender o hallar este factor cuando la operación lógica
sería parar y una vez aprendido comenzar. Continuar invirtiendo en un proyecto
que no funciona no depende de lo invertido sino de la esperanza o estimación de
éxito justificada o de la importancia del mismo para otros factores
independientemente de los resultados a corto plazo. Ejemplo: Todos sabemos que
vamos a morir. Luchar por la supervivencia tiene sentido aunque inevitablemente
se fracase. La supervivencia es importante para otros objetivos secundarios
como la reproducción, la superación, aprendizaje y otros valores que
subjetivamente consideremos secundarios y que no tengan que ver necesariamente
con la propia supervivencia pero que dependan directamente de ésta. Ejemplo:
Supongamos que una relación no funciona y que es evidente que dicha relación es
considerada temporal. La inversión en esta relación podría estar justificada
por los objetivos o beneficios secundarios que pueda generar. El límite o punto
en el que es considerado necesario abandonar puede estar para algunos en el
momento en el que se debe poner más energía de la necesaria para obtener los
beneficios por otros cauces. O en una situación optimista cuando los beneficios
laterales disminuyan a partir de cierta barrera considerada mínima para el
proyecto. La cuestión es que muchos caen en la falacia y persisten en una
relación o proyecto incluso cuando no reporta beneficios laterales o
secundarios por el simple hecho o razón de que ya han invertido toda su vida o
todos sus fondos en él y ésta fuera una razón lógica para seguir haciéndolo.
Esto tiene que ver con el miedo al cambio y a lo desconocido. Véase también Prejuicio del
Statu quo
Falacia de acentuación
Artículo principal: Falacia de acentuación.
La falacia de acentuación es
una de las falacias lingüísticas reconocidas por Aristóteles
y que era usada por el Oráculo de Delfos. La falacia se construye al
realizar una proposición que contiene una parte afirmando o concordando con un
tema y otra parte con una objeción o condición. En función de dónde se aplique
la fuerza de acentuación se denotará más o menos importancia en un sentido u
otro. De esta manera se puede crear una ambigüedad en el sentido de la
interpretación. Este tipo de engaño o falacia así como las verdades a medias se
da con mucha frecuencia en política ya que permite al político retractarse de lo dicho
si las cosas salen mal. Ejemplo: Un periodista le pregunta a un miembro del
congreso acerca de si éste está de acuerdo con el nuevo sistema de misiles del
presidente; el congresista responde: «Estoy a favor de un sistema de
defensa de misiles que efectivamente defienda a nuestro país». Si le da
énfasis a la palabra favor estará de acuerdo con el presidente, pero si
da énfasis a las palabras que efectivamente defienda significará que no
se está de acuerdo con el sistema de misiles del presidente. Ejemplo: «Me
gustas mucho, cuando estás de buen humor» o «estoy de acuerdo con un sistema de
votación que sea justo y claro».
Anfibología
Artículo principal: Anfibología.
Una anfibología
es un tipo de falacia del lenguaje que se da cuando se emplean frases o
palabras con más de una interpretación, o cuyo significado puede cambiar en
función de si se insertan comas o pausas. También fueron usadas por el Oráculo de Delfos. Ejemplo: «Persas, quedaos en
vuestra casa». Tiene dos interpretaciones: «Persas, quedaos en Persia» o
«¡Persas! Griegos, quedaos en Grecia».
Ejemplo: «Si luchas con puntas de plata, un gran
reino será vencido». Pero, ¿qué reino será vencido, el enemigo o el propio?
Argumento desde el precio
Artículo principal: Argumento desde el precio.
Un argumento desde el precio
se produce cuando se supone que si algo cuesta una gran cantidad de dinero,
entonces debe ser mejor. También se da si se supone que si alguien tiene una
gran cantidad de dinero entonces será también una mejor persona en alguna otra
faceta. Véase efecto halo y argumentum ad crumenaem. Ejemplo: «Puede
ser que este producto tenga mejores características, pero este otro es más caro
y elitista, así que debe ser mejor» o «el vino de la cosecha del 45 es
increíble, cada botella cuesta 3000 euros; ¡no lo puedes ni comparar con
el ganador de este año!».
Evadir la conversación
Artículo principal: Evadir la conversación.
Evadir la conversación o ignoratio
elenchi, es un razonamiento que se supone tendrá que responder a un tema
determinado pero en lugar de hacerlo, narra o explica aspectos distintos. La
mejor manera de hacerlo es explicar y narrar extensamente algo anexo a la
respuesta pero que el espectador viera con buenos ojos. Es decir, si la
pregunta es sobre una supuesta corrupción fiscal. La respuesta sería hablar
sobre lo buena persona, eficiente, honrada que es tu familia en casa. Hablar
luego de la honradez o de la eficiencia de tus colaboradores. Así sin responder
directamente a la pregunta permites que el espectador suponga por
asociación y caiga en la falacia de asociación. Este tipo de respuesta se da
mucho en política
y debates y es
muy usual y al mismo tiempo muy importante. Es una técnica sencilla pero
poderosa si se sabe lo que el público desea escuchar. Cuando se describe algo,
también se pueden insertar comandos u órdenes que según la programación neurolingüística
permiten que la gente haga o piense del modo que se desee. Cuando se describe
algo positivo no de uno mismo sino de otra persona, por asociación
neurolingüística esas mismas palabras son interpretadas sobre ti o sobre el
propio receptor. De esta manera si se describen situaciones positivas es
posible programar a los oyentes para que en realidad crean que tú las posees.
También se puede usar en su vertiente negativa para dar miedo y coaccionar a
los demás. Ejemplo: «¿Ganarán el partido mañana?». Respuesta: «Hemos trabajado
duro, el equipo está al 100% y luchará hasta el final para conseguir lo mejor
de ellos. Esta temporada hemos ganado casi todos los partidos, mañana será un
día importante y los chicos lo saben». Ejemplo: «¿Te gusta María?». Respuesta:
«Ella es alguien especial, siempre estoy con ella y lo pasamos bien. Es una
buena chica y puedo confiar en ella, es mucho de lo que siempre he buscado en
una mujer». Ejemplo: «¿Qué prefieres, amor o sexo?» Respuesta: «El amor es algo
muy importante en la vida de todos, me gusta amar y ser amado, y con el sexo
igual. Nadie puede vivir sin amor. Por fortuna, tengo la suerte de ser amado
por una familia que me aprecia y que me quiere y de tener muchos amigos». Ejemplo
en su vertiente negativa: «¿Cuando quieres que te devuelva el dinero?».
Respuesta: «No te preocupes para mi la confianza es lo primero, recuerdo a un
colega al que también le presté dinero porque tenía problemas económicos, el
pobre tuvo un accidente y se partió las piernas mientras estaba en su casa sin
hacer nada, al cabo de una semana ya tenía el dinero y empezó a recuperarse de
sus heridas.»
Pensamiento de grupo
Artículo principal: Pensamiento de grupo.
Una persona comete la falacia de pensamiento de grupo si la persona usa su
orgullo de miembro o de pertenecer a un grupo como razón para apoyar la
política del grupo. Si lo que el grupo piensa es esto, entonces eso es
suficientemente bueno para mi y es lo que debería pensar también yo. El patriotismo
o en sentimiento nacionalista «ciego» es una versión fuerte de esta falacia.
Ejemplo: «Soy de EE. UU., así que todo lo que haga mi país en Irak es
bueno, porque EE. UU. es un país libre y avanzado» o «debemos apoyar al
gobierno en esta medida porque él siempre hace lo mejor para sus ciudadanos» o
«que todo el mundo sepa que lo que hacemos es lo mejor porque pertenecemos a la
mejor cadena de restaurantes».
Falacia de eludir la carga de prueba
Artículo principal: Falacia de
eludir la carga de prueba.
Madre e hija enfadada que no
quiere oír ninguna razón o argumentos de la contra. Si se sostiene algo deben
aportarse pruebas y la contra debe escucharlas. Quien sostiene algo nuevo está
obligado a probarlo y la obligación del contrario es escucharlo. Además, si se
sostiene algo debe probarse y no exigir al contrario probar lo contrario
porque, en justicia, el estado actual se considera verdadero o en espera de ser
refutado. Es decir, la carga de la
prueba la tiene el que rompe el estado de normalidad.
La falacia de
eludir la carga de prueba consiste en asumir que algo es verdad o mentira
mediante el simple hecho de no aportar razones que fundamenten la conclusión
(silencio), en negarse o en pretender que las aporte el oponente. La expresión carga de la prueba procede del campo jurídico y
se expresa en el brocardo: probat qüi dicit non qüi negat (‘debes
probar lo que dices, no lo que niegas’), es decir, que quien sostiene o propone
algo debe probarlo más allá de toda duda razonable. Normalmente, en justicia,
se parte de la premisa de que el estado actual ya ha sido probado, por lo que
la defensa no tiene porqué aportar pruebas de inocencia. Expresión máxima de
esta falacia es la sordera mental de quien se niega a razonar. Como decía fray Luis de León: «Dice y no da razón de lo que
dice». Ejemplo: «Sobre la cuestión del divorcio no quiero ni oír hablar. Como te
he dicho, creo que el vínculo del matrimonio es indivisible y punto» o «no
escuches lo que dice, es todo manipulación informativa» (Para saber si es
manipulación se deben escuchar los argumentos de ambas partes y comprobar si
son ciertos. Para sostener una afirmación o para disponer más carga en un
sentido o en otro es necesario disponer de la información o presentar pruebas
de ello, por tanto, nunca se debe eludir la carga de prueba. Véase Pensamiento crítico. Por otro lado, en un
editorial reciente en la revista Nature, se dice que en las revistas actuales el peso de la
prueba lo llevan los oponentes en lugar de los proponentes de nuevas ideas.
Esto es así porque estas publicaciones no son las responsables de considerar
los artículos como ciencia sino tan solo de dar a conocer las posibles ideas
científicas. Estas revistas exponen tras un determinado filtro por parte de los
redactores (no necesariamente con criterios puramente científicos) qué
artículos son publicados. Una vez dados a conocer, empieza la discusión y
revisión científica.
Falacia de la probabilidad
Artículo principal: Falacia de la
probabilidad.
La falacia de la
probabilidad consiste en asumir que, teniendo varias posibilidades
independientes entre sí que en principio se encuentran en igualdad de
condiciones pero que a medida que pasa el tiempo algunas van demostrando
ser incorrectas, se debe conservar la original y primera decisión tomada porque
es más probable. El sesgo es considerable ya que a medida que las demás
opciones desaparecen se fortalece unilateralmente la primera decisión tomada y
nunca las demás restantes. La falacia consiste en pensar en considerar la
decisión propia más correcta o probable de ser correcta por el hecho de que las
demás se han demostrado incorrectas. Es un caso especial mezcla de Ad
ignorantiam y Recurrir a la tradición. Esta falacia se
produce si existen tres supuestos. Primero que las opciones restantes no han
sido todavía probadas como lo han sido las opciones desechadas e incorrectas.
Segundo que no existe un gasto energético o penalización por realizar un cambio
de acción. Y tercero que todas las decisiones son independientes o incorreladas
entre sí. Si atendemos a la teoría de juegos existe un ejemplo clásico.
Ejemplo: Suponga que se encuentra en un programa
de televisión en el que le dicen que escoja entre 3 puertas. Solo una de ellas
contiene 1 millón, el resto están vacías. Sin información (sin pruebas o
comprobaciones previas) no se puede escoger por ningún criterio razonable. El
hecho de escoger te da 1/3 de posibilidades de acertar. Entonces el presentador
abre una de las puertas no elegidas que resulta estar vacía. Un concursante que
se deje llevar por la falacia del conservador o falsa probabilidad, se quedará
con la opción elegida al principio, es decir, aquella con 1/3 de probabilidades
de acertar. Sin embargo, si decide cambiar de puerta y no quedarse con la
primera elección, la probabilidad de acierto pasa a ser ahora de 2/3. Así, en
igualdad de condiciones, cuando las opciones no están relacionadas y sin coste
de cambio, es mejor realizar cambios que quedarse con la primera opción. Véase
el Problema de Monty Hall.
Segundo ejemplo: Usted se encuentra en una
autopista de 3 carriles y sabe que dos carriles estarán cortados pero no sabe
cuales. Elige uno. Sería erróneo creer que lo mejor es mantenerse en el carril
a medida que los carriles vayan desapareciendo. Siempre y cuando no haya otra
información disponible y el hecho de que un carril desaparezca por un lado no
tenga que ver con que el siguiente desaparezca por ese mismo lado, es decir que
los carriles no estén relacionados, en realidad todos los carriles siguen
teniendo la misma probabilidad.
Tercer ejemplo: Se encuentra con una tecnología
alienígena. Se activa una bomba. Debe dejar solo uno de los cables (amarillo,
rojo o verde) en funcionamiento para salvar el mundo. Primero puede pensar que
el cable que debe dejar es el verde y cortar el rojo. Si no pasa nada, es
erróneo creer que haber acertado en cortar el rojo hace que dejar sano el verde
sea lo mejor. Verde y amarillo siguen teniendo la misma probabilidad de ser la
opción correcta.
Falacia de la evolución
Artículo principal: Falacia de la evolución.
La falacia de la evolución
se comete cuando se presupone que un individuo más moderno o que ha sufrido
mutaciones más recientes está mejor adaptado que otro que no ha recibido tantas
mutaciones. La falacia se comete porque la adaptabilidad de un individuo no
depende del número y temporalidad de la mutación sino si dicha mutación se
relaciona con alguna ventaja para el actual entorno del individuo. Ej. Pedro:
"Los blancos tenemos más diferencias visibles con el resto de los
animales. Es posible que los blancos hayamos seguido evolucionando como una
mutación de individuos negros. Por tanto, estamos mucho más evolucionados que
los negros". Esta frase es falaz porque los aspectos visibles y faciales
no representan una ventaja para la supervivencia en el entorno natural actual.
La única ventaja actual sería la impuesta por el actual progreso cultural de
una minoría racial y la imposición de ciertos cánones sociales de belleza. Es
decir, se realiza una selección artificial en función de la cultura
predominante del momento. Hoy en día debido a una capa de interacción social
superior a la capa la supervivencia, se elige con mayor frecuencia a la pareja
en función de diversos factores sociales y de apariencia, sin embargo, otras
mutaciones no visibles sí pueden presentar una relación directa para la
superviviencia y eficiencia en el entorno de progreso actual.
Falacia del continuo
Artículo principal: Paradoja
sorites.
Falacia del continuo o paradoja
sorites: Esta falacia se produce cuando se dice implícita o explícitamente
que es imposible distinguir entre dos extremos cuando hay casos en el medio
cuya clasificación es ambigua. Es decir, se comete la falacia al pensar que
ambos extremos son iguales por creer que hay una línea continua de
acontecimientos. Esta falacia se conoce desde hace 2500 años por Eubulides de Mileto con su paradoja
sorites y sin embargo, se encuentra frecuentemente en debates hoy en día.
Un ejemplo claro es la definición de una persona calva. ¿Cuando se debe definir
que una persona no es calva?, ¿Es acaso calvo y no calvo lo mismo porque el
proceso de calvicie es un proceso que une ambas partes? La falacia del continuo
expresa exactamente esto, esta falacia pretende que dado que un "no
calvo" pasa a ser calvo, el "no calvo" es un calvo en potencia
por lo que es lo mismo y deberíamos llamarlo también calvo. Es evidente que
ambos extremos no son lo mismo y que existe una zona de transición en la
que se podría, mediante múltiples características, clasificar a un sujeto en
alguno de estos extremos.
- ¿Es un muerto o un vivo?. Aplicando la falacia del continuo es un muerto, pues el vivo es solo un muerto en potencia.
- ¿Es un niño o un adulto?. La falacia viene de la necesidad del individuo de responder mediante reglas generales sin tener la información necesaria o la capacidad para obtenerla. En caso de ignorar las diferencias se considera entonces el origen y el destino el mismo punto.
- ¿Es un estudiante de primer curso de ingeniería o un individuo con la voluntad de serlo, un ingeniero? Es evidente que un ingeniero en potencia no podría realizar los cálculos para la estabilidad de un puente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario